Cada día se nos caen entre 50 y 100 cabellos, pero se regeneran y vuelven a nacer.
El problema aparece cuando una persona que
padece alopecia pierde más cabellos de los que nacen y tiene que recurrir al injerto capilar.
El trasplante capilar es una
intervención quirúrgica que ha ido creciendo exponencialmente. Para los hombres y mujeres que sufren alopecia muy avanzada es una de las únicas soluciones para
recuperar la densidad y el volumen capilar.
Como ya comentábamos, este tipo de implante es una
intervención quirúrgica, con un coste
elevado, que necesita un examen capilar previo para así poder obtener unos informes clínicos. A partir de los resultados, del estado de salud capilar, del tipo de alopecia o de la zona afectada,
los especialistas detallarán y analizarán si el implante es viable.
Los pacientes que suelen poder realizarse un trasplante de cabello son esos hombres o mujeres que
han perdido cabello en una parte de su cuero cabelludo y que su situación es tan avanzada, que ningún tratamiento o loción le es ya eficaz.
En la operación, el cirujano extrae folículos pilosos de la parte de atrás de la cabeza. Suelen
extraer entre 2000 y 3000 cabellos para colocarlos en la zona menos poblada del cuero cabelludo, conservando el mismo ángulo o dirección del cabello original. Después de la operación, el paciente debe
llevar un vendaje durante unas 12 horas para evitar la pérdida de los injertos y para que se cicatricen las posibles heridas. A partir de las 24 horas, el paciente ya empieza con su vida normal (se elimina el vendaje y se puede lavar el cabello).
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